Tiene
casi veinte años y ya está cansado de soñar, pero tras la cementera está
su hogar, su mundo, su ciudad. Piensa que la alambrada sólo es un
trozo de metal, algo que nunca puede detener sus ansias de volar.
Libre, como el sol cuando amanece, yo soy libre como el mar...
...como el ave que escapó de su prisión y puede, al fin, volar...
...como el viento que recoge mi lamento y mi pesar, camino sin cesar
detrás de la verdad y sabré lo que es al fin, la libertad.
Con
su amor por montera se marchó cantando una canción, marchaba tan feliz
que escuchó la voz que le llamó, y tendido en el suelo se quedó
sonriendo y sin hablar, sobre su pecho flores carmesí, brotaban sin
cesar...
Libre, como el sol cuando amanece, yo soy libre como el
mar... ...como el ave que escapó de su prisión y puede, al fin, volar...
...como el viento que recoge mi lamento y mi pesar, camino sin cesar
detrás de la verdad y sabré lo que es al fin, la
libertad.